que el artista hace explícito en el título de la exposición: <<Fugaz>>, y luego amplia en un
texto que escribe y que comienza con una cita de Le Breton, <<El conductor de automóvil es
el hombre del olvido, el paisaje desfila a su lado, más allá del parabrisas, sin que él sienta
nada, en una especie de anestesia sensorial, y de hipnosis con la carretera>>. Y algo después
<<Desde el silencio invento paisajes, donde refugiarme, donde esconderme, donde per-
derme>>.
De modo que en realidad Antonio Navarro es uno de esos artistas que, afortunadamente para
el arte, han sabido abrir la abstracción a la posibilidad de expresar significados, más allá del
formalismo, reivindicando las impresiones temáticas de buena parte de la abstracción, desde
la utopía de Mondrian a las mitologías de Pollock o las emociones de Rothko (<<y si tu como
dices, te sientes movido únicamente por las relaciones de color en mis obras, es que no las
entiendes>>). En una palabra, pertenece a la familia de la abstracción redefinida o sustantiva,
a la de determinados neo geos, en parentesco con Sean Scully, Günter Förg, Ross Bleckner,
Mary Heilmann o Juan Uslé entre otros. Antonio Navarro reformula a su manera el arte geo-
métrico con una obra de mucho atractivo plástico y estético, también de significados, de sen-
saciones ópticas y táctiles, una obra que une el rigor y la lírica en el intento de atrapar la visión
fugitiva del conductor de automóvil atrapada por la memoria del inconsciente y que no necesita
de sugerencias paisajísticas cercanas a la representación para hacernos partícipes de su viaje
de proximidad.
Rubén Suárez
1
1
Suplemento Cultural. La Nueva España. 22 de septiembre 2016. Exposición Fugaz. Sala Alfara. Oviedo.